NO SON CAMARAS DE GASES LETALES, SON VACUNAS! LA MUERTE CIVILIZADA. 

Fecha: 2021-11-25
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NO SON CAMARAS DE GASES LETALES, SON VACUNAS!

LA MUERTE CIVILIZADA. 

Por: Silvio Guerra Morales

Como suele decirse, en el argot popular, toda moneda tiene dos caras: el anverso y el reverso. Sirva lo anterior,  con carácter preambular,  para resaltar que  no tengo ninguna duda a como tampoco  abriga en mi espíritu ninguna incertidumbre para comprender, cuestión que comparto con ustedes,  que frente a este inusitado evento que estamos viviendo, en Panamá y en el mundo entero, de obligar, por parte de las autoridades, a la población a vacunarse contra el Covid/19, incluidos los niños a partir de los 5 años,  hay algo mucho más de fondo, algo oculto que,  me atrevería asegurar, ni los propios gobiernos saben qué es  ni comprenden, pero que tampoco nada hacen para saber qué está sucediendo, tal vez lo sospechan,  pero  siguen, obedientemente, todo lo que dictan los poderes de las Big Pharma y la OMS, con la complicidad mediática, esto es, el apoyo de los medios de comunicación que se han sumado al discurso irracional del “vacúnate”. 

Primero,  al mundo entero, a la población mundial, tras la declaratoria de la pandemia del  Covid-19,  se le sembró el terror potenciado a los grados de pánico.  La población  estaba aterrorizada y atemorizada.  Se le dijo que la muerte estaba tocando a la puerta de su hogar, de su alma. Luego de año y medio de pandemia,  hoy,  la población mundial despertó de esa pesadilla para darse cuenta que  en lugar de “pandemia” lo que se dio y se sigue dando en una auténtica “plandemia”, todo preconcebido y programado por quienes se creen los dueños del mundo y de nuestras vidas. Los fines son diabólicos, satánicos:  Reducir la población mundial y para ello se están valiendo de la denominada medicina sintética.  Esto es que las supuestas vacunas no tienen componentes naturales sino sintéticos y eso es lo que se le está    inyectando  a la población.  Cuenteros.  Ahora los propios gendarmes de las vacunas en Panamá han salido  a decir que luego de transcurridos  seis (6) meses las vacunas pierden su  eficacia y que se requiere la tercera dosis.  El Gobierno Nacional, creyendo en esta asesoría de quienes tienen intereses puestos en las Big Pharma, ha corrido a comprar millones de dosis y, más recientemente, la  “tercera dosis”, sin darse cuenta que ya la población no cree en estas “vacunas”.   

¿Cuánto dinero hemos desperdiciado o malversado comprando un producto vacunal que no tiene garantías de nada y cuya eficacia, cada día que transcurre, es puesta en tela de duda?.  Hoy podemos entender que la pandemia no era verdad y que miles y millones de personas murieron por descuido y porque también las autoridades de salud de los países, su  personal médico,  y entre ellos  los propios  doctores,  se llenaron de  pánico, terror y miedo. Aún, en la actualidad, hay médicos que no atienden al paciente que va en búsqueda de sus servicios y éstos primero los interrogan:  ¿Usted se vacunó?.  O  como sucedió esta semana en La Chorrera,  donde una humilde señora va a atenderse con el médico y éste le dice: ¿Tiene usted la vacuna?,  y ella, muy sinceramente, le respondió que no.  El médico le dijo entonces:  “No puede estar aquí,  vaya y siéntese allá afuera del consultorio en las escaleras”.  

Me llama la atención que en nuestro suelo han salido personas afectadas por el hitlerismo y que, al parecer,  llevan el  símbolo nazi en sus frentes cual ferrete que se le pone a  una vaca,  pues han expresado, sin tapujo alguno, ofensivo a la razón, a la dignidad humana, a la cristiandad, que hay que encerrar y aislar a los no vacunados.  Por poco han de pedir cárcel para nosotros. 

Cuando aquí se hablaba de que el “80% de la población meta estaba vacunada”, muchos creyeron, pero ahora nos dicen que hablaban de una “población neta”.  Es decir, ni siquiera un 55 por ciento de la población ha sido vacunada. Ahora se entiende el apuro y la corredera pro vacunación, aún en niños?.  La presión que tiene el gobierno,  desde estas élites de poder y gendarmería económica mundial, ha de ser grande.  Pero se requiere caracterizarse ante esas presiones y actuar con independencia de criterios y salir a defender a la población. 

Insisto, tenemos que unirnos, hagamos la resistencia. 

Recientemente, en  una reunión con  la Ministra de Educación  y todos los directores nacionales de educación primaria y secundaria, de escuelas y colegios públicos y particulares, (Martes 23, Hora: 8:15 a.m.) se nos aseveró,   en presencia de los distinguidos juristas  Jacqueline Pro y Jaime Raúl Molina,  que en ningún colegio se obligaría a nadie a vacunar y que esa en una decisión de los padres,  en pleno ejercicio de la patria potestad.  Aún estamos a la espera de una respuesta formal de la Ministra de Educación,  que si bien es cierto lo dijo  en la reunión,  lo que acabo de señalar, deseamos que conste por escrito.  Inclusive, la propia Ministra enfatizó que el Presidente Cortizo mucho le había insistido en que no se pasara por encima de la voluntad de los padres de familia.  

 

Hay conocimiento científico, confirmado por altas eminencias en la medicina, que la vacuna que se le está poniendo a la población,  no está hecha de ningún elemento natural, sino de lo que llaman la medicina sintética. Pfizer  no ha negado que el grafeno es uno de los componentes del líquido que se inocula.  Algunos sabios de la ciencia,  han señalado que  parte de ese líquido es un placebo,  agua salina.  El grafeno tiene la capacidad química de causar estragos en la salud humana. Destacan, en  primer lugar,  la formación de coágulos que dan al traste con la salud de las personas y de allí los miles y miles de casos a nivel mundial y que se han dado también en  Panamá, muriendo miles de seres humanos  una vez han sido inoculados. 

Si aquí,  en este país,  se  dijo que los niños no necesitaban  ser inoculados por cuanto tienen su sistema inmunológico fortalecido, cuál es entonces la carrera,  la intensa maratón de las autoridades de salud, en Panamá,  que  ahora quieren vacunar a los niños?.   ¿Acaso nuestra gente no se da cuenta   del gran fraude de las vacunaciones?.  Las exigencias de presentar o verificar el Código QR, de presentar tarjeta de vacunación con las  dosis completas,  acaso no es eso violatorio de los derechos humanos y fundamentales consagrado en la Constitución Nacional y pactos y convenios suscritos por la República de Panamá?.  

¿Es que se nos olvidó el Derecho?.  Es que   se nos olvidaron los principios jurídicos universales que aprendimos en las aulas universitarias?.  ¿Acaso hemos dejado en el pasado que los derechos  humanos son irrenunciables, intransferibles, cosmopolitas, universales,  inherentes y consustanciales al ser humano?.  

¿Qué quieren decir las autoridades cuando, casi con carácter obligatorio, expresan que  la salud de los demás está por encima de la salud individual?.  ¿Acaso justificará esto que en el día de mañana o en las próximas horas, alegando la salud colectiva, cortemos la cabeza a un nacional, a un compatriota,  a un ser humano,  a un semejante, que no se ha inoculado porque se ha vendido el falso discurso de que los no vacunados son los que contagiamos?.  Contagiar qué,  si estamos sanos?.  Al contrario, los vacunados no se encuentran inmunes de nada!.   ¡Vacunados!, moriréis mejor que si murieras  sufriendo, sin vacuna,  los estragos del covid/19?.   ¡Vaya manera de jugar con las mentes ingenuas!.  Muerte es muerte, no hay retorno.  Le están mintiendo al país, manipulación de las verdades pues en Europa no están muriendo los no vacunados ni son estos los que llenan las salas de cuidados intensivos de los hospitales. No, no es así.  Son, precisamente, los vacunados.  Todo esto es realmente  satánico y diabólico. Los  cristianos tenemos que orar más,  buscar más el rostro de Dios, porque Dios no desamparará a su  pueblo ni a los que en él confían. 

No es mentira que no poca gente está muriendo.  Unos por  infartos, derrames, trombosis, cánceres, etc., pero llama la atención que eran  personas saludables y qué casualidad que mueran, luego de inocularse. 

Es la muerte civilizada, ya no son cámaras de gases. Oremos:    Dios bendiga a la Patria!

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